EL CUIDADO PARA UN DOBERMANN DE MASCOTA

Este atleta observador, valiente y bien adiestrado es uno de los perros de trabajo más versátiles (por no decir el que más). Se le puede adiestrar para que compita en las pruebas de obediencia, de trabajo y de Agility y es un extraordinario perro en las exposiciones de belleza. Su deseo de trabajar para su propietario y el hecho de que sea tan fácil de adiestrar ha permitido que desempeñe un gran papel como perro policía y para la guerra. Los departamentos de policía de todo el mundo siguen utilizando esta raza para rastrear y aprehender a los delincuentes. La infantería de marina estadounidense y otras secciones militares utilizaron perros de esta raza para varias tareas durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, fue en este conflicto donde el Dobermann se ganó su reputación como perro fiero con un carácter salvaje. Este desgraciado estigma es, mayoritariamente, más un mito que un hecho, especialmente en el Reino Unido y los Estados Unidos.
Cuando es adiestrado y puesto en forma adecuadamente, el Dobermann es un perro equilibrado, fiable y digno de confianza. Su lealtad hacia la gente a la que quiere es insuperable. Ofrece una constante fidelidad y afecto a aquellos que los quieran para sí. El que la raza sea, a veces, temida y no se confíe en ella es algo bastante desalentador. Comprender al Dobermann es comprender su temperamento. Como perro guardián y de vigilancia, su función y su principal objetivo es el de proteger. Esta protección incluye su propiedad y la gente que tenga la fortuna de compartir su vida con el perro. El adiestramiento responsable y la sociabilización temprana son importantes para mantener controlada su naturaleza protectora. Proteger no significa que se deba adiestrar al perro para que muerda a los extraños o, peor todavía, ataque a los amigos o a los miembros de la familia. Si estos perros son demasiado agresivos y muestran signos de que no se puede uno fiar de ellos, pueden ser extremadamente peligrosos para cualquiera que esté a su alrededor.
Una de las primeras preguntas que suelen hacerse antes de que una familia adquiera un perro, sea de la raza que sea, es su adaptabilidad a los niños. Incluso aunque no vivan niños en la casa, es fácil que el perro se encuentre, en cierto momento, con ellos. De nuevo, la sociabilización temprana es extremadamente importante en cuanto a la voluntad de la raza a aceptar a los niños y a cualquier otro individuo que no le resulte familiar y que se crucen en su camino. Si el perro es adquirido a una corta edad (de ocho a diez semanas), la adaptabilidad será mucho más fácil. Si el ejemplar es adquirido con una edad mayor y ya ha desarrollado una desconfianza o un desagrado respecto de los niños, podría encontrarse con un problema. El joven Dobermannaceptará rápidamente a los niños como apreciadísimos miembros de la familia y se acostumbrará a ellos desde el principio, al tiempo que desarrolla su naturaleza protectora. En el caso del perro con una mayor edad, puede que le lleve más tiempo entablar una relación de confianza con ellos.
Antes de salir corriendo y escoger un Dobermann como mascota, existen muchas cosas a tener en cuenta. ¿Es usted la persona adecuada para este perro? ¿Lleva un ritmo de vida activo? ¿Puede controlar con total confianza a este animal fuerte y musculoso? ¿Dispone de espacio para que satisfaga sus enormes necesidades de hacer ejercicio? Éste es el tipo de pregunta que deberá hacerse de forma concienzuda antes de tomar una decisión y comprometerse con las obligaciones sociadas a la propiedad de un perro.

Aunque el Dobermann se adapta bien tanto a la vida en la ciudad como en el campo, es una raza grande y activa que necesita una cantidad de espacio adecuado para correr y mantenerse en forma. Si el perro no dispone de un jardín amplio para quemar energías, debe proporcionársele un paseo largo y a un ritmo rápido por un parque o por el campo, y ello diariamente. El ejercicio es importante para esta raza, no solo físicamente, sino también psíquicamente. El Dobermann es una raza muy inteligente que necesita estímulos psíquicos y retos constantes. Si la capacidad mental de este perro no es estimulada, se aburrirá rápidamente y buscará formas de entretenerse, lo que generalmente da como resultado un comportamiento destructivo a expensas de las pertenencias de su propietario.
                                          

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