Está presente en prácticamente todos los continentes con excepción de Antártida. Tampoco se distribuye en el Polo Norte. Por consiguiente, después del halcón peregrino es el ave de presa más extendida. Reside en mayor proporción en Alaska, Estados Unidos, México, Argentina, Irlanda, Inglaterra, Australia, Islas Salomón, China, Fiji e Indonesia, entre otros países.
Habita en zonas donde haya agua dulce o salada como lagos, ríos, pantanos, marismas y costas. Utiliza las cuevas o grietas de las montañas y las copas de los árboles para anidar, y si el lugar está libre de depredadores construye su nido en la vegetación al nivel del suelo.
Es un ave diurna que bien puede ser sedentaria, o bien puede ser migratoria. En cuestión de comportamiento, definitivamente no es un ave muy sociable pero tampoco completamente solitaria puesto que se ha identificado su gregarismo, es decir, se agrupa en épocas de reproducción con otras águilas de su misma especie y así forma parte de colonias. Incluso caza en grupo. Aún así el águila solo defiende su nido, su alimento y lo que se encuentra cercano a su alrededor; no defiende territorio o nido de las demás águilas de la colonia.
Para comunicarse con sus semejantes utiliza un sonido que emitido suena como “kiu, kiu, kiu”. En total se han identificado al águila pescadora 8 sonidos diferentes que utiliza en contextos diversos.
La alimentación del águila pescadora se basa especialmente en la carne de pescado, en un 99 por ciento. Sin embargo también puede cazar pequeños roedores, moluscos, anfibios y conejos.
Para cazar, detecta a su presa y se lanza hundiendo las patas en el agua. En ocasiones llega a sumergirse completamente y gracias a la morfología de sus patas y su plumaje aceitoso, el pescado no escapa.
Es monógama por lo general y su madurez sexual llega a la edad de 3 o 4 años de edad. El proceso de cortejo inicia en las zonas cercanas a lugares idóneos para anidar. Así, el macho exhibe su vuelo ante la hembra para atraerla y una vez aceptado, ambos recolectan los materiales necesarios para la construcción del nido y proceden a elaborarlo. Este nido, hecho de ramas, algas, hierbas y hasta basura, es reutilizado durante cerca de 70 años.
Días posteriores al apareamiento la hembra pone de 2 a 4 huevos que pesan unos 65 gramos y son incubados por 5 semanas. Mientras tanto es el macho quien se encarga de proveer alimento y protección a la hembra y los huevos. Cuando las crías salen del cascarón dependen del padre para su alimentación. Después de las 12 semanas de edad, los polluelos pueden salir del nido.
Está clasificada como especie de “Preocupación Menor” por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Sus amenazas son, principalmente, la pérdida de su hábitat, la caza furtiva y la electrocución con los cables de alta tensión, situación que en los últimos años se ha ampliado con el crecimiento de las zonas urbanas.
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